La inteligencia artificial (IA) está redefiniendo la manera en que operamos, y los agentes de IA se encuentran en el corazón de esta revolución. Estos sofisticados sistemas están diseñados para automatizar tareas complejas, mejorar la eficiencia y transformar las operaciones empresariales de maneras que antes eran inimaginables. Te invitamos a leer el siguiente artículo para aprender más sobre los beneficios de este avance tecnológico.
Carlos Mercado
Mckinsey & Company
25.05.2025
Los agentes de inteligencia artificial están redefiniendo la manera en que interactuamos con la tecnología. A diferencia de los modelos de IA tradicionales, que se limitan a responder preguntas o generar contenido, los agentes tienen un comportamiento agentic: pueden actuar, planificar, colaborar y ejecutar tareas de forma autónoma.
Nota: En inglés, este concepto se denomina agentic behavior: la habilidad de percibir, razonar, decidir y ejecutar acciones en nombre de los humanos dentro de un flujo de trabajo.
Estos agentes no son asistentes pasivos ni chatbots: son colaboradores inteligentes diseñados a medida para resolver tareas complejas dentro de organizaciones reales.
Hasta hace poco, la mayoría de las soluciones basadas en IA generativa se enfocaban en generar texto o responder consultas. Hoy, gracias a los avances en lenguaje natural, memoria contextual y coordinación de tareas, los agentes han evolucionado hacia sistemas capaces de tomar decisiones, ejecutar acciones complejas y aprender en el camino. Esta transición de herramientas de conocimiento a herramientas de acción marca un punto de inflexión en su aplicabilidad empresarial.
McKinsey identifica distintas categorías de agentes:
El funcionamiento de un agente sigue cuatro pasos clave:
Este modelo permite a los agentes adaptarse a diferentes contextos sin necesidad de reprogramar completamente los sistemas existentes.
El verdadero potencial de los agentes no está solo en automatizar tareas, sino en reimaginar procesos completos. Por ejemplo, pueden colaborar en modernización de sistemas heredados, reestructurar flujos operativos y acelerar procesos de toma de decisiones. En sectores como servicios financieros, marketing, desarrollo de software o servicio al cliente, ya se están observando mejoras de doble dígito en eficiencia y productividad.
Las organizaciones que lideren esta transformación pasarán de arquitecturas centradas en aplicaciones a modelos donde cientos de agentes trabajan en paralelo, coordinando entre sí, con humanos y con otros sistemas. Estas arquitecturas permitirán una mayor modularidad, flexibilidad y capacidad de evolución continua.
Los agentes de IA representan mucho más que una nueva tecnología: son una nueva forma de trabajar. Aquellas organizaciones que entiendan este cambio temprano, y comiencen a experimentar con agentes aplicados a sus contextos reales, tendrán una ventaja significativa.
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